domingo, 26 de febrero de 2017

How To Get Away With Murder T3 -Análisis- (OJO, SPOILERS)


Se nos va otra temporada más de este apasionante thriller producido por Shonda Rhimes y escrito por Peter Nowalk.

La verdad es que las temporadas de esta serie se pasan volando, y no sólo porque sean de 15 episodios, a petición expresa de Viola Davis para continuar en ella, sino porque pasan tantas cosas y es todo tan frenético que a veces bien nos hace falta detenernos un poco a analizarlo fríamente. ¿Os animáis a comentar conmigo esta trágica tercera temporada de How to get away with murder?

Si hay una constante en esta serie, esos son los giros inesperados, las piezas del puzle que al principio parecen no encajar o tener sentido alguno pero que al final conforman un conjunto increíble de relevaciones que, en general, se asientan sobre cierta lógica y resultan creíbles.

Laurel (Karla Souza) tiene grandísimos momentos en esta temporada
Si bien esta temporada no ha sido, ni lejos, tan liante (en el buen sentido) como la anterior, donde prácticamente todo giraba en torno al caso Hapstall, con miles de giros a cada momento y momentos de "sí, pero no, pero al final resulta que era que sí", en esta ocasión no hemos tenido varios casos episódicos ni tan siquiera uno grande que abarcara todo... bueno, sí, entre comillas.

Lo cierto es que la primera mitad de temporada nos deja donde terminó la anterior, intentando resolver el asunto de aquel inesperado disparo que puso fin a la vida de Wallace Mahoney. Pero, como de costumbre en esta serie, las cosas no son tan sencillas como parece, ya que investigar quién disparó el arma también provoca otras consecuencias que ya parecían olvidadas en esta serie, pero que logra rescatar con maestría e hilando temas que creíamos desaparecidos pero que en realidad, aunque de lejos, guardan cierta conexión con la vida de Wes y Annalise.

Se podría decir, en otras palabras, que esta temporada se hila con la primera, atando aquellos cabos sueltos que, como espectador, ni sabíamos que quedaban pero que sirven para darle un nuevo aire a un viejo caso, así como para tener nuevamente a nuestros queridos "aprendices de Annalise" contra las cuerdas otra vez.

Y así, paso a paso, revelación tras revelación, llegamos a esa chocante mid-season, que dividió a los fans en dos bandos diametralmente opuestos, aquellos que lloraban con lástima la pérdida de Wes Gibbins, y aquellos, como un servidor, que pensábamos que era un personaje bastante pusilánime que no era, ni de lejos, el más convincente del grupo de estudio de la abogada. Eso tampoco quiere decir que su muerte no me sorprendiera, nada más lejos de la realidad, creo que como guionista hay que tenerlos bien grandes para matar a un personaje protagonista y seguir con la serie manteniendo el nivel de calidad.

Michaela (Aja Naomi King) cada vez me gusta más
Así, la polémica muerte de Wes sirve para insuflar nueva vida a la temporada y arrancar la otra mitad con una nueva pregunta en el aire, o mejor dicho varias: ¿quién mató a Wes? ¿Por qué lo han matado? ¿Realmente murió en la casa quemado o habían pasado otras cosas previamente?

Vuelta al ruedo. la investigación se vuelve a poner en marcha, sacando de por medio muchos trapos sucios que, como comenté antes, parecían enterrados pero ven la luz otra vez con otra perspectiva y en boca de otros personajes, como Oliver, que cada vez está más metido en la trama principal y que ya nada puede hacer por salir del "barro judicial" en el que se halla.

Desde luego, resulta loable que, tras la muerte de un personaje importante, la serie sepa reconstruirse a sí misma y dejar a los espectadores con el culo torcido por enésima vez, entretejiendo por medio muchas otras tramas secundarias que resultan interesantes y no desmerecen al conjunto principal de la trama del asesinato. Diálogos ácidos, un ritmo endiablado, personajes que cada vez son más interesantes, relaciones MUY diversas, secretos encubiertos y hasta cierto sentido del humor que, entre tanta tensión y drama, resulta un agradecidísimo soplo de frescura.

Puede que en más de una ocasión queramos matar a más de un personaje, o no entendamos sus decisiones, pero si en algo es experta esta serie es en poner a todos en situaciones cada vez más límite y ver cómo se desenvuelven, lo que logra crear una constante sensación de premura en el espectador, que prácticamente no podrá pestañear ante el ritmo que se lleva.

Y todo lo que pueda decir de Viola Davis se queda corto
Antes de terminar mi análisis, voy a atreverme a hacer una apuesta, y es que vistos los acontecimientos de esta temporada y atando ya cabos con el origen de todo, me permito predecir que la cuarta temporada podría ser la última. La audiencia de la serie no es para nada mala, pero tampoco considero que sea una serie que se pueda alargar indefinidamente, todo está llegando a cierta resolución y pese a que aún quedan bastantes dudas en el aire, me da la sensación de que nos estamos encaminando a un posible desenlace. Desde luego, de ser así, me daría mucha pena, ya que es una de las series que más disfruto actualmente (a pesar de que me pone tenso como pocas) y me dolería decirle adiós, pero también creo que es mejor irse cuando estás en tu mayor pico de calidad que arrastrarse indefinidamente movido únicamente por audiencias.

Sin más, os animo fervientemente a empezar esta serie si aún no lo habéis hecho (aviso, os vais a enganchar), y si ya lo habéis hecho, contadme... ¿qué os parece? ¿Que opinión os merece la tercera temporada?

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